Pasó un vendaval, pero el pasado sábado y por la Plaza de la Feria. Comenzó con una suave brisa de actividad hortelana por la mañana en la manzana de al lado. Un barrunto del verdadero aguacero de talleres, objetos trocados, bicicletas, mesas informativas, bailes y conciertos que caería por la tarde, acompañado siempre de racheados vientos de fuerza 7 en la escala del buen rollo y la convivencia. Pues, si bien lucía un sol espléndido, lo que arreció en este rincón de la ciudad fueron vecinas y vecinos de todas las edades, de múltiples nacionalidades, de Arenales, de otros barrios capitalinos y de otros puntos de la isla.



















Lo cual fue un placer. Porque ese era uno de los deseos de l@s arenand@s y allegad@s que nos embarcamos en el cometido de organizar, por segunda vez, la Fiesta de los Arenales. Y por el que, siempre con el obligado puñado de errores y chapuzas, estuvimos más que dispuestos a apechugar con las veinte vueltas de rigor, la paciencia para complicadas reuniones, las horas escapadas del trabajo y la familia, los bolsillos rascados y las amenazadoras cuentas de teléfono. Y es que, aunque agradecemos a la Concejalía de Distrito Centro su aportación a la infraestructura (impresión de carteles, las mesas, las sillas, los cenadores, un generador, un baño y la escueta tarima), es en esa ilusión y esfuerzo voluntarios donde reside la clave de esta fiesta. En ese y en el de nuestros colaboradores, a los que queremos darles las gracias:

A Mikel y el Patio de las Culturas, por los equipos de sonido, y a Patxi y Fran, por manejarlos; a Eugenio Reyes (Ecologistas en Acción) y Blas Martín (E. T. Tasaigo), por sus talleres de huertos; a Niño Stanton y a Gerardo Suárez por deleitarnos con sus canciones; a la Asociación Cultural Ritmo y Tradiciones del Perú, por viajar desde Vecindario para enseñarnos su cultura; a los profesores y alumnos de la Academia Giros, por todos sus números de baile; a Marifé y Flor, por su taller de baile clown; a DJ Ridoo, por su música; a los compañeros del colectivo Las Palmas en Bici por arreglar tantas bicis e informarnos; al colectivo Autoliberación, por sus talleres; a la Asociación de Jóvenes Saharauis de Canarias y sus compañeros acampados en la Plaza, por su taller de henna y por ceder la lona para montar el vestuario; a Raúl por su taller de ajedrez; a Ángel por su mesa sobre Miguel Hernández; a Noelia por el avituallamiento; a Moneiba por hacer de fotógrafa suplente en los huertos; a las chicas de las pompas gigantes, a los pibes del teatro de marionetas, a todos los que ayudaron a arrancar el motor, y, en general, a todas y todos las que echaron una mano aquí o allá; y a los que no pudieron venir pero habrían venido. También gracias a La Provincia y a Contacto Latino/RTI, por cubrir el evento.


















Y es que ese era otro de nuestros deseos, y lo que nos parece más interesante de esta iniciativa: que el esfuerzo fuera colectivo, compartido, comunitario. Será que una bola nos enseño un día que “Solo no puedes; con amigos, sí”, y la experiencia nos lo está corroborando. El caso es que, para la próxima, y en todas las demás actividades (Huerto La Chimenea, mercados de trueque, etc), pensamos hacer aún más hincapié en ello. Y como no queremos dar tregua, les invitamos ya a participar. ¿Cómo? Pues envíanos las fotos que hicieras del evento a correo@arenando.org. O comparte tus opiniones usando la función de comentarios. ¿Qué te pareció la Fiesta? ¿Qué te gustó más? ¿Qué mejorarías? ¿Qué se podría añadir? ¿Lo harías tú? Opinen, opinen…